LA BELLEZA DE LAS PEQUEÑAS COSAS.

 


El mundo está lleno de pequeñas cosas maravillosas, que parece, que nadie observa ni de casualidad. 

Vivimos demasiado rápido, sin "ver" aquello que nos rodea.  Salimos de casa con las primeras luces del alba, cuando la noche aún insiste en permanecer, y nos quejamos de que aún no hay claridad, pero no vemos el amanecer lleno de colores y promesas. 

Nos molesta la lluvia, pero somos incapaces de ver las pequeñas partículas de agua que quedan tras ella, decorando los árboles y dejando ese inconfundible olor a tierra mojada. 

Vamos a la playa y no vemos el mar, ni sentimos el cálido tacto de la arena bajos nuestros pies. Paseamos por el campo y sólo vemos vegetación verde, pero no apreciamos los sutiles matices que componen los lugares. 

Nos hemos olvidado de mirar, cómo hacíamos cuando éramos niños y podíamos ver hasta las escurridizas mariquitas rojas que se escondían entre las hojas de los árboles. Ahora, nos perdemos la belleza de las pequeñas cosas, las sencillas, las simples, esas que no importan, porque nos quedamos en lo mundano, en lo superficial. 

Vemos sólo la apariencia de las cosas y... nos perdemos la magia que sostiene el mundo. 









Comentarios

Más buscado